Después de una decepción, Gretchen se enfrenta a una profunda crisis personal, tras la cual tomará la decisión de convertirse en cirujano. Comenzará a trabajar en el hospital en el que su padre es jefe.
En el primer día de trabajo, se reencuentra con un viejo compañero del instituto, Marc Meier, del cual ella pasó toda su adolescencia enamorada, pero él siempre se mofaba de su figura regordeta y de sus gafas.
Con el paso del tiempo, Marc y Gretchen comienzan a llevarse mejor, aunque él sigue comportándose de un modo sarcástico. Cuando ello lo besa, él no se muestra reacio, pero no quiere ninguna relación seria.
Olvidar lo antes posible al Dr. Marc Meier, su jefe y amor platónico desde el instituto, es el objetivo de Gretchen. Sigue martirizándola con sus comentarios ácidos, pero quizá es la manera de disimular lo que siente por ella...
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